martes, 2 de agosto de 2011

Y LEGAMOS A BULGARIA.

Cuando acabamos de visitar Rumanía se nos planteó la disyuntiva de si ir hacia el norte o hacia el sur, y tras enredar un poco en Internet y leer algunos blogs nos decantamos por ir hacia el sur hasta Meteora, en Grecia, pasando por Bularia. Es así como llegamos a Veliko Tarnovo.
Aunque del siglo XII al XIV fue la cápital del Segundo Reino Búlgaro, hoy en día ofrece un aspecto de pueblo agradable. En realidad se trata de una ciudad de unos 70.000 habitantes, pero los turistas nos limitamos a pasear por el casco antiguo y la zona de las tres colinas que es donde se encuentran los lugares de interés. Para que os hagais una idea se parece a Cuenca y me explico; el casco antiguo está sobre tres colinas y el río Yantra se retuerce entre ellas haciendo unos meandros increibles.
El resultado es que las casas cuelgan sobre el río como las casas colgantes de Cuenca.
En Veliko Tarnovo hay varios museos e iglesias de cierto interés pero el plato fuerte es sin duda la ciudadela. En lo alto de una colina está esta fortaleza reconstruida casi totalmente y donde en verano se celebran espectáculos. El día que llegamos había una ópera y la música se oía por toda la ciudad.

Nosotros visitamos el monasterio de la Transfiguración que se encuentra a unos 5 kilómetros del centro de Veliko. El día estaba precioso y como era pronto, disfrutamos del lugar casi para nosotros.
Esta iglesia destaca por sus pinturas murales. En muchas de estas iglesias las pinturas murales están cubiertas por una capa negra producida por el humo que producen las velas que a lo largo de los siglos han encendido los fieles.

Esta es la pintura más alabada del Monasterio: La Rueda de la Fortuna.


Otra de las atracciones es Arbanasi, un pueblo cercano a Veliko Ternovo repleto de hoteles de alto standing y con unas iglesias de los siglos XVII y XVIII realmente curiosas.
Esta es la iglesia de los santos arcángeles Miguel y Gabriel. Estas iglesias, vistas desde fuera, no parecen iglesias, porque tienen planta rectangular y no tienen torre. Las pinturas del interior son realmente espectaculares.
Nos llamaron profundamente la atención las esquelas que había en las puertas de las casas, porque la mayoría no eran recientes y sin embargo las mantienen ahí.
Nuestre siguiente destino fue la costa búlgara del Mar Negro y pasamos varios días en Albena, un complejo turístico de alto standing. Estas son las vistas desde nuestra habitación.

Pero lo que más nos llamó la atención fue que justo al lado de nuestro hotel se celebraba un campeonato de perros. Bueno, en realidad eran diez campeonatos que se celebraban en 10 días consecutivos. Según unos españoles que conocimos allí y que tenían perros de concurso lo organizan así para que los propietarios puedan asistir con sus perros a estos concursos.

Vimos estampas difíciles de explicar con palabras. Nervios, carreras, sesiones de limpieza y peluquería, ... en fin. Para muestra estas imágenes.

Resultó todo en espectáculo para gente como nosotros que no teníamos ni idea de como funciona este mundillo.

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