domingo, 21 de agosto de 2011

ZAGREB

Nuestra última visita en Croacia, ya de camino a Eslovenia, fue a su capital Zagreb, donde tan solo pasamos una tarde. Tras instalarnos en el camping municipal disfrutamos de una calurosa tarde de domingo en la ciudad.
Las torres de esta catedral católica nos guiaron hasta la casco histórico. Finalizada en el xiglo XIX y de estilo neogótico, sus orígenes fueron una pequeña iglesia románica.
Esta foto la tomamos en la plaza del ayuntamiento, y aunque en ese momento hacía mucho calor, al caer la tarde se llenó de adolescentes que obviamente quedaban allí conlos colegas para ir de paseo.
Esta es la entrada al barrio alto, el más antiguo de la ciudad, y al que se accede por una auténtica puerta fortificada.
Esta es la iglesia de Saint Mary, situada también en la zona alta de Zagreb. Nos sorprendió mucho los escudos que aparecen en su tejado, pero sobre todo que había varias parejas de jóvenes disfrazados de época paseando por el casco antiguo.
Aunque no se aprecia bien en la foto, al fondo está en la ciudad de Zagreb. a este punto se puede acceder bien por escaleras o en un funicular. En esta zona encontramos muchos puestos de artesanía y unos cuantos garitos para tomar algo al aire libre.
Ya entrada la noche disfrutamos de un concierto un tanto peculiar en una de las plazas del centro de la ciudad, pero antes de eso cenamos en una terraza de esta calle y nos tomamos unas cuantas cervezas. Sin ninguna duda, esta calle es una de las zonas turísticas, pero también descubrimos que es un lugar muy popular entre los locales.
Y aquí es donde acabamos nuestra visita a Croacia. Una mezcla de historia, monumentos y naturaleza muy atractivo que desde luego merece una visita. 

sábado, 20 de agosto de 2011

PARQUE NACIONAL DE KRKA Y LAGOS DE PLITVICE

Tras pasar unos días agradables en la costa Dálmata decidimos visitar un par de parques naturales, más concretamente el Parque Nacional de Krka y el de Los Lagos de Plitvice. 
Nuestra primera visita, de camino hacia el norte, fue al Parque Nacional de Krka. Aunque el nombre en principio no nos decía gran cosa, las fotos que vimos nos impactaron por su belleza, así que decidimos dedicar un día a visitarlo.
El nombre de este parque se debe al río Krka, según dicen uno de los ríos cársticos más bonitos de Croacia. Lo característico de este río son sus cascadas, que se han originado por la sedimentación característica de un tipo de roca caliza. Realmente espectaculares.
 
El pueblo que da acceso al parque se llama Skradin y está volcado totalmente en el turismo. Ni que decir tiene que el aparcamiento allí vale un ojo de la cara pero en agosto al menos, que está lleno de turistas, no queda otra que pagar religiosamente. Aunque se puede acceder en bici, o incluso andando, nosotros accedimos en un barco que está incluido en el precio de entrada. Tuvimos suerte y no tuvimos que esperar mucho pero había hordas de turistas con cámara en ristre y mochilas dispuestos a pasar el día en su interior. Sin ninguna duda eso fue lo peor ... había gente por todos los lados.
O si no juzgarlo por vosotros mismos.
La visita consiste en un circuito de pasarelas que en gran parte discurren sobre el lecho del río. Si no estuviera tan abarrotado de gente el paseo sería realmente agradable. Para colmo, hicimos el recorrido en sentido contrario a la inmensa mayoría de turistas, con lo que en algún momento temimos irnos al agua a consecuencia de algún empujón. También se pueden visitar un par de monasterios en su interior, y nos dimos un baño en estas aguas preciosas. 

El día siguiente visitamos los Lagos de Plitvice. El fenómeno geológico es el mismo, y el resultado, igual de espectacular. Este área fue declarado Parque Nacional en 1949 y Patrimonio de la Humanidad en 1979.
Aunque el parque ocupa unas 30.000 hectáreas tan solo se visita una zona de unos 8 km2 donde el río ha formado 16 lagos de diferente altitud comunicados por casi un centenar de cataratas y cascadas.
Aunque es difícil distinguirlo en la foto, si os fijais se aprecia una "serpiente multicolor" entre los dos lagos. En realidad se trata de la pasarela por la que se realiza el itinerario a lo largo del cauce del río.
El paisaje es espectacular y el día acompañaba. Eso sí, a pesar del calor en este parque no está permitido el baño.
Obviamente el mes de agosto no es el mejor para disfrutar de las cascadas, pero uno casi se puede imaginar la cantidad de agua que tendrán en primavera.
Además de las cascadas, la vegetación es muy exuberante y los innumerables lagos están llenos de unos peces de un tamaño muy grande. Vamos, que a los pescadores de agua dulce se les tiene que hacer la boca agua.
El parque es muy boscoso siendo las especies más abundantes el haya, el abeto y el pino.
A pesar de lo que podría parecer por estas fotos, el Parque Nacional de los Lagos de Plitvice es un lugar muy concurrido, aunque en algunos momentos pudimos disfrutar de cierta tranquilidad.
Por último, una de las cosas buenas de este parque es que se disfruta no solo a nivel de río, sino que también se tienen unas vistas tan chulas como estas. 
Desde aquí nos despedimos de este precioso lugar que sin duda merece la pena la visita. Rumbo al norte, nuestro siguiente destino sería Zagreb, la capital de Croacia.

jueves, 18 de agosto de 2011

SPLIT

Y seguimos nuestro camino hacia el norte por la costa adriática, ahora rumbo a Split. Habíamos leído que Split es una ciudad que merece la pena porque fue declarada Patrimonio de la Humanidad a finales de los setenta y, en verdad, nos resultó muy agradable.
La primera visita, como no podía ser de otra manera, fue al Palacio de Diocleciano. Construído entre los siglos III y IV dC por el Emperador Diocleciano está en muy buen estado de conservación. Tenía que ser un auténtico personaje el amigo Diocleciano, y para su desgracia se murió poco tiempo después de construirlo! C'est la vie!
Nosotros pasamos la tarde disfrutando de este magnífico escenario e intentando refugiarnos del tremendo calor que hacía.
Igual que en Dubrobnik, encontramos hordas de turistas por todos lados; la diferencia es que esta vez nos aprovechamos de la situación y nos "pegamos" a varias visitas guiadas por el palacio. Una auténtica lección de historia. Muy interesante!

El casco antiguo es un pequeño laberinto de callejuelas que rodean el palacio, muchas de ellas con terrazas y llenas de gente.

Nos gustó especialmente la zona de la ciudad al lado del puerto. Se trata de uno de los puertos de pasajeros más importantes del Mediterráneo y en verano está especialmente activo. Uno se explica la cantidad de italianos que hay en Croacia al ver las numerosas conexiones que tiene con Italia por barco.
Disfrutamos de una estupenda tarde en este ambiente "Mediterráneo" a pesar de estar en la costa del mar Adriático.
Pero sin duda, lo que menos nos gustó fue la playa de Split. A pesar de estar abarrotada de gente de todas las edades, en vez de arena, lo que hay son planchas de cemento como podeis ver en la foto.
Resumiendo: merece la pena pasearse por esta ciudad. Nosotros, ya un poco hartos de tanta gente y de tanto asfalto nos fuimos rumbo al parque de Krka y a los lagos de Plitvice.

martes, 16 de agosto de 2011

DE METEORA A DUBROBNIK PASANDO POR ALBANIA!

Objetivo Dubrobnik! 
Eso lo teníamos claro, lo que no teníamos tan claro era la ruta a seguir. Tras visitar algunos blogs decidimos dirigirnos a la República de Maceonia para visitar algunos lugares que parecían interesantes, y entre ellos el que más chulo parecía era el lago Ohrid.
Nuestra primera sorpresa fue que al llegar a la frontera de Macedonia la policía no nos dejó pasar porque no llevabamos la tarjeta verde impresa en el papel verde de rigor. La documentación era legal,  pero ... no era VERDE, así que pretendían que pagáramos un seguro privado de unos 60 euros a lo que nos negamos en redondo. Hablamos con la compañía de seguros por teléfono y nos dijeron que la documentación que teníamos era legal a pesar de no ser verde y el chico conel que hablamos nos sugirió que buscáramos un papel verde y lo imprimiéramos en él!! Esto hacía bueno el refrán de "A grandes males, grandes remedios". La idea parecía buena, pero resultó ser sábado a las tres de la tarde y por más que intentamos encontrar el dichoso papel verde fue misión imposible.
Enseguida pasamos al plan B. La frontera con Albania estaba a escasos 40 kilómetros, así que decidimos probar suerte. Y efectivamente la encontramos, pasamos la frontera sin dificultad y sin pagar niun duro por la cara. Nuestro GPS desvariaba porque para él en Albania solo había una carretera y estaba muy lejos de aquel punto, así que al no haber señales tuvimos que preguntar a los paisanos y allí era muy dificil comunicarse.
Enseguida nos dimos cuenta de que por allí no nos ibamos a perder, así que encuanto nos centramos nos pusimos a hacer kilómetros.Sobre las 5 y pico de la tarde llegamos a un pueblo a orillas del Lago Ohrid y decidimos hacer noche allí. Ya que no pudimos ver la orilla macedonia al menos veriamos la orilla albanesa.
Hasta entonces no habíamos encontrado problemas de alojamiento en ningún lugar y desde luego no pensamos que los tendríamos en Albania, pero la verdad es que tardamos casi dos horas en encontrar un alojamiento decente. Era fin de semana y aquella zona a orillas del lago era un destino turístico. Después de preguntar en casi todos los sitios que encontramos y cuando ya estábamos a punto de pasar al plan B encontramos un pequeño hotel al lado del lago donde les quedaba una habitación cuadruple. Por supuesto, nos la quedamos y disfrutamos de una cena rica a orillas del lago viendo un atardecer precioso.
El día siguiente madrugamos porque desde allí teníamos unos 450 kilómetros por delante y sospechábamos que tardaríamos bastante. Lo que no imaginábamos era que ibamos a encontrar tantos kilómetros así.
El viaje resultó bastante pesado, pero especialmente los 60 kilómetros últimos antes de la frontera con Montenegro. Era peor que una pista, con unos socavones que daban miedo. Afortunadamente llegamos sin novedad aunque allí, de nuevo la policía se empeñó que la tarjeta verde tenía que ser verde y nos hicieron pagar 15 euros. Tan solo pasamos unas horas en el país y ya de noche llegamos a Croacia con la sensación de haber cumplido el objetivo.
Llevábamos unos años escuchando que Croacia era un destino muy popular y lo pudimos comprobar en propias carnes. Dubrobnik estaba abarrotado de día y de noche. Nosotros nos alojamos en el camping y pasamos allí un par de días disfrutando de la playa por la mañana ya que hacía mucho calor y por la tarde nos dedicamos a explorar la ciudad. 
Lo primero que llama la atención son sus imponentes murallas y cómo está la parte antigua de la ciudad en una  península.

 Las vistas son espectaculares desde practicamente todos los sitios. La zona del puerto está siempre muy animada y desde allí se ve parte de la ciudad nueva que se amontona en las laderas de las montañas que parecen empujar Dubrobnik hacia el mar.
Hay que decir que la costa croata es muy abrupta y en muchos casos los pueblos están practicamente encajonados entre la única carretera que discurre por la costa y el mar. También nos sorprendió que no tiene buenas playas ya que todas las que vimos nosotros son de piedra  e incluso algunas, como las de Slipt, son de cemento. Eso sí, tienen un mar de un color y con una temperatura maravillosa.




Como hemos dicho ya, Dubrobnik estaba a reventar y había toda clase de turistas y de todas las nacionalidades.
Nosotros intentamos evitar las multitudes por todos los medios. Llevabamos ytodo el verano sin aglomeraciones y se nos hizo un poco duro tener que hacernos sitio casi a codazos en ocasiones. Aunque fue dificil, conseguimos disfrutar de algunos momentos de paz y de rincones muy bonitos como este.
En el casco antiguo de Dubrobnik hay casas preciosas que se conservan de maravilla. Esto nos sorprendió muy gratamente, especialmente después de haber visto una exposición fotográfica sobre la guerra de los balcanes donde se veía la destrucción de la ciudad tras los numerosos bombardeos que se produjeron.
Podemos decir que apenas quedan rastros de la barbarie de la guerra. Aunque un conflicto de este tipo deja serias cicatrices en el interior de las personas que lo sufren, no queda ni rastro en la arquitectura de la ciudad.
Disfrutamos de un tiempo espléndido, de sus mercados ...
... de preciosos rincones ...

.. y a pesar de las hordas de turistas disfrutamos de la bella Dubrobnik.

viernes, 12 de agosto de 2011

METEORA

Cuando nos planteamos qué ruta seguir para volver a España desde Bulgaria y nos plantamos delante del mapa de Europa tuvimos claro que teníamos que visitar Meteora. ¿Quién no reconoce las imágenes de monasterios situados sobre unas enormes rocas? Pues fue esa visión la que nos llevó desde el sur de Bulgaria hasta un pequeño pueblo de la llanura de Tesalia llamado Kastraki.

Este complejo de monasterios cristianos ortodoxos, que ocupa un área relativamente pequeña, fue declarado Patrimonio de la Humanidad a finales de los ochenta. Algunos de ellos están a una altura de 600 metros y están habitados desde el siglo XIV.
Esta es una foto que sacamos a un cartel informativo en Kastraki y da una muy buena idea de cómo es realmente este complejo. Aunque el recorrido para visitar los seis monasterios abiertos al público es de poco más de 10 kilómetros, debido al tremendo calor y a la cantidad de tráfico que había, optamos por hacerlo en coche en vez de andando.

La perspectiva es muy importante en este lugar. En muchos casos las fotos engañan puesto que entre nosotros y el monasterio del fondo hay un auténtico abismo que se salva gracias a un puente.
De cualquier manera, la vista de estos riscos con los monasterios en lo alto es realmente sobrecogedora, sobre todo cando se ven desde abajo.

El de la foto superior es el monasterio de Varlaam. Realmente "Meteora" significa "en el aire" y estos monasterios, más que en el aire, están como los nidos de las cigüeñas sobre las torres de las iglesias.
Aunque en el siglo XIV había una veintena de monasterios, en la actualidad solo se pueden visitar seis y al parecer tan solo dos tienen una comunidad de religiosos.
En sus orígenes el acceso a estos lugres se hacía por medio de escaleras de cuerda o cestas que se elevaban a base de fuerza "bruta" como si fueran montacargas. Posteriormente se construyeron puentes para salvar el abismo en algunos casos, y en otros se labraron escaleras y tuneles en la roca.
Aunque no se permiten las fotografías en el interior de las iglesias, sus paredes están cubiertas de frescos muy bonitos y en muy buen estado de conservación.

Pero si hay una imagen que se ha hecho popular es esta, la del monasterio de la Santísima Trinidad, que se hizo mundialmente famosa cuando se rodó "Solo para tus ojos" una de las entregas de James Bond.
Nosotros disfrutamos de dos días espléndidos en los que no solo visitamos gran parte de estos monasterios, sino que además visitamos los dos pueblos cercanos, que por cierto estaban aborratos de turistas.
Tras nuestro breve paso por Grecia pusimos rumbo a Croacia pero para poder llegar tuvimos que atravesar Albania y aunque fue una visita breve se nos hizo muy pero que muy larga.