miércoles, 27 de julio de 2011

DE BUCOVINA A SIGHISOARA

Uno de los platos fuertes en Rumanía para nosotros eran los Monasterios pintados de Bucovina. Habíamos oído y leído sobre lo maravillosos que son, pero así y todo nos dejaron realmente sorprendidos.

Lo destacable de estos monasterios es que sus paredes están totalmente cubiertas por frescos que representan escenas de la biblia, tanto en su interior como en el exterior. 

Utilizamos la ciudad de Campulung Moldovenesc como campo base para visitar los monasterios que forman parte de la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Nuestra primera visita fue al Monasterio de Moldovita. La iglesia, como podeis ver en la foto, está cubierta totalmente por frescos, excepto en su cara norte. Algo que se repite en todos ellos debido al azote del viento y la lluvia.
Este es el Monasterio de Sucevita. La estructura de todos estos monasterios es bastante similar, ya que se hayan rodeados de verdaderas "fortalezas" con sus torres, murallas y robustas puertas en el exterior y cuidados jardines en su interior.

Otro de los monasterios que visitamos el Monasterio del Humor. Aunque no se pueden sacar fotos en el interior de las iglesias realmente son impresionantes y están en muy buenas condiciones de conservación. No hay que olvidar que los frescos están datados a mediados del siglo XVI

Uno de los que más nos gustó fue el de Voronet.
Aunque los cinco que visitamos eran bastante parecidos, en éste destaca la escena sobre el Juicio Final que ocupa toda el muro occidental de la iglesia. Según los entendidos, es el más espectacular de Bucovina. Las dimesiones de esa pared son impresionantes a pesar de que en las fotos no se aprecien.
 
Una vez terminada nuestra peregrinación por los monasterios de Bucovina nos fuimos hasta Siguisoara, una pequeña ciudad medieval fortificada, con callecitas peatonales tan bonitas como estas.
Para nuestra sorpresa, al llegar descubrimos que justo comenzaba ese día el Festival Medieval de las Artes y nos encontramos todo este ambiente. Logicamente, la ciudad estaba a rebosar de turistas y tuvimos más problemas de lo habitual para encontrar alojamiento. Por suerte, nos pusieron en contacto con una señora que vivía en la parte fortificada de la ciudad y nos alojamos en su casa a un precio bastante razonable.

La ciudadela se llenó de artesanos y de gente "disfrazada" de caballeros y damas medievales, pero por lo demás, la "gran fiesta" no nos pareció gran cosa, la verdad! Además, cobraban entrada para acceder a la parte amurallada!! Nosotros, al estar alojados dentro, nos libramos de ese "arancel".

Esta es la iglesia del monasterio dominico que corona la ciudadela y donde se celebran conciertos de musica clásica.
Mientras en la parte alta de la ciudad se celebraba el "Festival de las Artes" los paisanos lo celebraban a su manera, o debería decir a nuestra manera? ... comiendo y bebiendo cerveza en chiringuitos lo más parecido a nuestras txoznas.


¿Quien dijo que somos tan diferentes de los rumanos?

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