martes, 9 de abril de 2013

DE PASEO POR LA CUMBRECITA.

Día de transición!. Nos vamos de paseo por la Cumbrecita. Se trata de uno de los miradores de la Caldera de Taburiente a los que se puede acceder en coche pero debido a que estaba masificado y se colapsaba la carretera han ideado un sistema de reserva de aparcamiento. La idea no es mala, simplemente tienes que reservar por internet o en una oficina de turismo el día que quieres ir y cuanto tiempo quieres pasar alli. Es gratuito.
Nosotros no sabíamos exactamente lo que ibamos a hacer, así que optamos por reservar 5 horas de aparcamiento para andar sin prisas. Como podéis ver en las fotos la vista es estupenda y el día estaba completamente despejado.
Lo que todo el mundo hace allí es un pequeño recorrido circular de unos 3 kilómetros sin apenas desnivel que pasa por los miradores de Lomo de las Chozas y por el mirador de los Roques. 
Aunque hay otros recorridos más largos, la mayoría estaban cerrados por un temporal que había azotado las islas la semana anterior. En el centro de información nos recomendaron hacer parte de la ruta que lleva al campamento de la caldera. Fueron unos 5 kilómetros, hasta el Lomo de la Tacota, de ahí en adelante estaba cerrado por desprendimientos.
Salvando las distancias nos recordó a la ruta del Cares en Asturias, pero este camino era mucho más estrecho y desde luego no apto para gente con vértigo. Eso sí, es muy cómodo de hacer (al menos la parte que pudimos hacer nosotros) porque no tiene nada de desnivel y las vistas merecen la pena.
Para terminar el día fuimos hasta el sur de la isla y subimos al volcán Teneguia. Un paseo de una media hora muy agradable y sin ninguna dificultad. 
Desde su cima hay buenas vistas del extremo sur de la isla donde hay un faro y unas salinas ...
 ... y del volcán San Antonio donde hay que pagar 5 euros para visitar el tinglado que han montado allí.
Es impresionante saber que el volcán Tenguia entró en erupción por última vez en 1971. Nos contaba un montañero canario con el que hablamos que la población se sentaba en las faldas del volcán San Antonio con la merienda para ver el espectáculo. 
Nos imaginamos que vivir rodeados de volcanes hace que les pierdas el respeto, pero a nosotros nos sigue impresionando saber lo que hay debajo de esas islas, especialmente ahora que Hierro vuelve a temblar.

domingo, 7 de abril de 2013

ACANTILADOS DE GUELGUÉN.

 Dedicamos nuestra segunda excursión a visitar la zona norte de la isla de la Palma. Ya nos habían dicho que el norte era muy abrupto y con mucha vegetación y hay que decir que tuvimos un día excepcional.
 
Aunque mucha gente opta por la zona de los Franceses, nosotros decidimos hacer un recorrido circular comenzando en El Tablado, un pueblo de lo más pintoresco. Una de las cosas que más nos impresionó, incluso antes de empezar a andar, es cómo baja la carretera estrechísima en "picado" hacia el pueblo mientras uno cruza los dedos esperando no cruzarse con ningún otro coche en el camino.
El Tablado está a 300 metros sobre el nivel del mar y literalmente sobre la costa como podéis ver en estas fotos. Ambas están sacadas desde un mirador a las afueras del Tablado.
En esta zona de la isla los pueblos están generalmente sobre una plataforma elevada y están dispuestos a forma de terrazas entre huertos y vides.
 
El camino comienza en el centro del pueblo y sigue el GR-130 que discurre por la costa dirección oeste hacia Santo Domingo de Garafía. 
La ruta comienza descendiendo en un continuo zig-zag hasta el fondo del barranco de Fagundo, una zona que está declarada paisaje protegido.
El barranco es espectacular pero uno no puede disfrutar mucho del paisaje porque hay que ir muy pendiente de dónde se pisa. Toda la zona es zona volcánica con piedra suelta y bajamos despacio y con mucho cuidado. 
Nos llama la atención la vegetación que hay al fondo del barranco: chumberas, cactus, plantas crasas, algunas de las cuales no habíamos visto nunca!
El sol comienza a entrar en el interior del baranco y de vez en cuando paramos a disfrutar de las vistas pero también para coger aliento. El ascenso es constante y no hay ningún descanso, la recompensa es que pronto ganamos altura.
Tras más de hora y media vemos de nuevo El Tablado, pero esta vez al otro lado del barranco en lo alto del lomo (como dicen por aquí).  
El camino sigue ascendiendo, pero ahora por un bosque de laurisilva y pasa junto a la fuente de los Dornajos donde nos refrescamos y descansamos un poco.
El camino sigue ascendiendo sin descanso y a ratos se hace eterno. El Centro cultural la Zarza, que es el punto más elevado de nuestro recorrido, está a 1030 metros sobre el nivel del mar y es allí donde hacemos un alto para comer el bocadillo.
Los cuatro kilómetros que hay desde La Zarza hasta Roque de Faro los hacemos siguiendo las marcas de sendero de pequeño recorrido LP-9. Casi no hay desnivel y el camino discurre entre cultivos, pino canario y una vegetación bastante exhuberante. 
Aunque está bastante bien indicado esta es una zona donde hay muchas pistas y en alguna ocasión dudamos qué camino tomar. También paramos a hablar con algunos paisanos. ¡Que gente más amable y conversadora! Justo en el cruce del sendero con la carretera que baja al Tablado paramos un rato a charlar con una pareja de Santa Cruz que tienen allí una casa. Nos invitan a tomar un vino y cuando nos vamos nos regalan una bolsa llena de nueces. ¡Con gente así da gusto!
La bajada desde Roque el Faro hasta el Tablado es fuerte (700 metros de desnivel) y nuestras piernas lo notarán al día siguiente. A la izquierda del barranco, sobre el lomo, está nuestro objetivo: El Tablado.  El camino es precioso y los bosques de pinos desaparecen dejando paso a un auténtico jardín. 
El día ha sido duro: 18 kilómetros con un desnivel acumulado de 1440 metros. Aquí os dejamos la ruta para el GPS.
De camino a Los Cancajos aprovechamos para visitar San Andrés, un pueblo muy bonito cerca de Los Sauces.
Allí mismo está el Charco Azul, unas piscinas de agua de mar que están fenomenal; tienen incluso vestuarios y son gratis!!. Aunque no nos bañamos ese día, sí que podemos decir que son una maravilla, especialmente después de un día de monte.  


sábado, 6 de abril de 2013

SUBIDA AL BEJENADO

En La Palma hay tantas cosas que hacer que no sabíamos por donde empezar, pero nos recomendaron subir al Bejenado porque según muchos ofrece una de las vistas más impresionantes de la Caldera de Taburiente.

Nuestra primera sorpresa es que a pesar del sol, la mañana está bastante fresca. Dejamos el coche en la pista de Valencia, a la que se accede desde El Paso, y ponemos rumbo a la cumbre sobre las diez de la mañana.
Aunque al principio la subida se hace por un pista, enseguida se convierte en un sendero que discurre entre pinos. La subida es constante y sin descansos pero se hace cómoda porque no tiene demasiado desnivel.
Tal y como anunciaba la previsión, se echan las nubes antes de lo previsto y para cuando llegamos a la cima del Bejenado la caldera está parcialmente cubierta.
Las nubes van y vienen rapidísimas y pasamos un buen rato contemplando el paisaje mientras comemos nuestro merecido bocadillo. 
 
Por momentos casi vemos la caldera al completo pero va siendo hora de comenzar el descenso. Nos dirigimos hacia el Roque del Cuervo y para ello tenemos que volver por nuestros pasos hasta llegar al Rodeo y luego crestear. 
A pesar de que intuímos la caldera, la visibilidad es muy limitada. Pasado el Rodeo la pendiente se hace más fuerte y es entonces cuando nos metemos de lleno en la nube.
 Hay muchísma humedad y además caen unas gotas gordísimas. Afortunadamente la temperatura es buena y no nos mojamos.

El paisaje es fantasmagórico pero aunque la niebla es espesa, el camino es evidente y está perfectamente marcado.
Aquí tenéis la ruta en wikiloc. Hicimos el ascenso en 1h 45 y tardamos un poco más en bajar porque el camino es algo más largo.

Acabamos la tarde dando un paseo por el puerto de Tazacorte. En sitio pequeño y muy turístico donde dicen se come pescado fresco.
Nosotros nos limitamos a dar un paseo y estirar un poco las piernas antes de volver al lado este de la isla.

SANTA CRUZ DE LA PALMA

 No hemos hecho más que llegar de nuestro paseo por la isla bonita y ya le echamos de menos!! Sin duda, el que en Bilbao hoy diluvie y que estemos a 7ºC hace mucho, pero hemos pasado unos días estupendos subiendo cuestas como locos, disfrutando de unos paisajes espectaculares, hablando con todos los paisanos que se nos han puesto a tiro (que han sido muchos porque son grandes conversadores) y disfrutando de las delicias gastronómicas canarias, incluidos sus vinos.
Aunque al principio tuvimos duda de cómo organizar nuestra estancia en la Palma, al final nos alojamos en Los Cancajos, una zona turística muy cerca de la capital con hostelería y todos los servicios que podíamos necesitar. Tiene además una playa de arena negra bastante bonita para las playas de por allí, aunque nosotros no tuvimos tiempo de disfrutarla.
El hecho de que los Cancajos estuviera tan cerca de Santa Cruz hizo que nos acercáramos casi todos las tardes, a veces en coche y otros días dando un buen paseo, a tomar una cervecita. A pesar de ser la capital, Santa Cruz, con sus menos de 20.000 habitantes, tiene un ambiente de pueblo muy tranquilo y eso hace que pasear por sus calles peatonales sea realmente agradable.
El casco histórico está totalmente empedrado y tiene un ambiente colonial con sus casas de colores, las palmeras, terrazas y placitas en muchos rincones. 

En algunas de las calles que van hacia la parte alta de la ciudad se pueden ver casitas antiguas minúsculas como estas, todas pintadas de colores diferentes. Algunas se mantienen intactas, aunque otras han sido "recicladas" levantado más plantas sobre ellas. 
Esta es la plaza de España, que se encuentra enfrente del ayuntamiento, y al fondo está la iglesia del Salvador. De aquí salieron algunos de los pasos durante las procesiones de Semana Santa.
Otro de los aspectos a destacar de la capital de La Palma son sus balcones de madera decorados con flores. Aquí teneis un par de muestras.
Pero como dice el refrán, a la cabra le tira el monte, y nosotros dedicamos la mayor parte de nuestro tiempo a disfrutar de los parajes de esta isla.

martes, 8 de enero de 2013

EL OESTE DE ASTURIAS

"Año nuevo, vida nueva" dice el refrán, pero nosotros seguimos fieles a nuestras costumbres y comenzamos el año de paseo por Asturias. Tras pasar la Nochevieja en familia, salimos el día 1 de enero rumbo a la zona más occidental de Asturias. El tiempo era horroroso pero confiábamos en que mejorara lo suficiente para poder pasear por allí. Sin duda alguna, acertamos!! Hemos disfrutado de un tiempo frío pero espléndido.

Nos alojamos en el albergue de Castro, un pequeño pueblo, casi en la frontera con Lugo. Sandra y Juan nos atendieron de maravilla y a excepción de la primera noche, que había una pareja catalana haciendo el camino de Santiago, fuimos los únicos clientes del albergue. 
Nuestra intención era explorar la zona de los Oscos, así que dedicamos la primera jornada a hacer una ruta por los alrededores de Santa Eulalia de Oscos. Hicimos una ruta circular que combina parte de la ruta del Forcón de los ríos (PR AS 119) con la de A Mina de as Talladas (PR AS 203). A primera hora el día estaba triste pero a medida que avanzaba la mañana se fue animando y salío hasta el sol. 
Lo mejor de la ruta es que los 17 kilómetros no se hacen largos porque el paisaje cambia constantemente y no hay mucho desnivel. Pasamos por aldeas practicamente abandonadas con unas casonas típicas que nos llamaron mucho la atención.

Otros pueblos, como Ferreira por ejemplo, los han dejado preciosos, aquí veis el hórreo con la carretera que pasa por debajo.
La segunda jornada fuimos a Taramundi. Habíamos oído hablar tanto de este pueblo ... de las ferrerías, de los molinos y de todos los artesanos que aun trabajan allí, que a pesar de estar casi a una hora de Castro decidimos ir a hacer una ruta por la zona. Hicimos probablemente la ruta más típica: La ruta del agua (PR AS 17).

El primer punto interesante es el molino de Mazonovo pero tuvimos que conformarnos con verlo desde fuera porque el museo estaba cerrado por vacaciones invernales.
Un poco más adelante hay un desvío que lleva a la cascada de la Salgueira. Se tarda unos cince minutos en llegar y aunque la cascada no es espectacular, el camino es realmente bonito. 
De ahí fuimos hasta As Veigas, aunque la descripción de la ruta lo describe como "un pueblo de cuento", realmente se trata de un centro de turismo rural.

Allí, en un jardín precioso, nos tomamos el bocata regado con una buena sidra y después un cafecito de puchero servido como dios manda. Lo que no se aprecia en la foto es la música de Lou Read que sonaba a un volumen más que considerable. La paisana se empeñó en enseñarnos el comedor y un estudio para dos, que todo hay que decirlo, estaba muy bonito puesto.
El siguiente punto interesante era el conjunto etnográfico Os Teixos. De nuevo tuvimos la mala suerte de que estuviera cerrado. Al menos, pudimos verlo y darnos una vuelta aunque no estuviera funcionando. 
Raul aprovechó para afilar la navaja!!

El tercer día, siguiendo los consejos de Juan, decidimos hacer parte de la etapa 27 de la GR 109 que va de Castro a Santa Eulalia. Lo bueno era que salimos con las botas puestas desde casa. Hacía mucho frío pero el día estaba precioso.
El objetivo era hacer una ruta circular desde Castro hasta a Cova utilizando las dos variantes de la GR. Empezamos bajando hasta el río por un bosque precioso y muy húmedo que a veces tenía un aspecto bastante fantasmagórico.
Había una humedad tremenda y no es de extrañar porque en esta época del año aquí no llega el sol en todo el día. 
 Este es el puente de Ponsadabelle, nada más y nada menos que del siglo XIV.
Y por fín salimos de la niebla y empezamos a divisaral fondo nuestro objetivo: A Cova.
La vuelta fue más dura; primero porque es tres kilómetros más larga, se asciende bastante más que por el otro lado y para rematar los últimos cinco kilómetros se hacen por carretera. Eso sí, no vimos ni un solo coche.
Como acabamos pronto la jornada decidimos ir a Lugo a pasar la tarde. Llegamos a tiempo de dar un buen paseo por la muralla que rodea el casco antiguo y de tomar unos potes con sus tapas.

El último día hicimos la ruta del silencio que sale desde San Cristobal, cerca deSan Marrín de Oscos. En esta ocasión el principio y el final de la ruta son realmente bonitos porque discurren por zona boscosa pero la parte central de la ruta es una pista por una zona repoblada
 Otro día espectacular y no menos espectaculares eran los castaños que encontramos en el camino.
 
Terminamos el día visitando el Museo Etnográfico de Grandas de Salime. Muy recomendable. Pasamos casi dos horas muy entretenidos y nos dimos cuenta de que somos muy mayores ya que recordamos cosas muuuuy antiguas. De muestra un botón.
 Ya de camino a casa aprovechamos para dar un buen paseo por Luarca, que mejor manera de despedirnos de Asturias. Aunque pensándolo bien, nosotros nunca nos despedimos de Asturias, siempre decimos Hasta Pronto!!