El sábado amaneció bastante triste pero estábamos con muchas ganas de disfrutar de la zona, así que bien pretrechados con ropa de lluvia salimos desde el mismo camping rumbo al Lago del Valle. Allí encontramos unas setas de un tamaño descomunal, que a algunos les costó "Dios y ayuda" dejarlas allí. Pensar en el revuelto que podíamos hacer con ellas nos hacía la boca agua. Quizá por eso, en cuanto dejó de llover hicimos la primera parada para reponer fuerzas.
El tiempo estaba muy triste, sin embargo nos permitió dar un buen paseo y disfrutar del día.
Decidimos hacer un recorrido para llegar al resto de lagos que hay en la zona. La ruta era más que evidente y tras alcanzar un collado anduvimos por estas "llanuras" hasta llegar al lago Cerveriz.
Cuando llegamos allí se abrió un pequeño claro y aprovechamos el momento para tomar un segundo "tentempie" y vaguear un rato. Por último llegamos al lago Negro y fue allí donde nos dividimos. Un grupo cresteó y tomó la ruta de vuelta y el resto bajamos hasta el lago, entramos en una cueva que en realidad era la boca de una antigua mina y pusimos rumbo de vuelta al camping.
Como siempre en estos casos, el paisaje es estupendo, pero quizá lo mejor despues de los casi 30 kilómetros que marcaba el GPS fue el baño de sidra qu nos dimos. Ese fue la primera toma de contacto de Karen con esta tradición, y la verdad es que apunta maneras.
Ese día sí que nos dividimos en dos grupos "involuntariamente" pero enseguida nos reunimos y fue entonces cuando se atisbaba a lo lejos la cima del Cornón.
El último tramo fue bastante pendiente aunque lo peor fue el viento tan fuerte que soplaba. Las vistas, sin comentarios, aquí teneis una prueba.
El último tramo fue bastante pendiente aunque lo peor fue el viento tan fuerte que soplaba. Las vistas, sin comentarios, aquí teneis una prueba.
El día, como no! también acabó regado con sidra tras la larga bajada. El último día, después de levantar el campamento, nosotros optamos por ir al desfiladero de las Xanas, declarado monumento natural. Sin querer hacer comparaciones, nos recordó un poco a la tan famosa ruta del Cares, por eso de que también está excabada en la roca.
Algo mas de dos horas siempre hacia arriba para llegar a un pueblo donde tomamos un buen bocadillo de jamón. Ya de camino a Bilbao, paramos a comer en Oviedo y aprovechamos para dar una vuelta por esta bonita ciudad que ya conoc mos.
1 comentario:
Pero txikillos, pobre Karen ¡¡ como vean sus progenitores como practica castellano se la llevan de vuelta a casita :) :)
Musus
Marga
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