Nuestro siguiente destino fue Bariloche. Teníamos un recuerdo muy bueno y teníamos claro que queríamos conocer más la zona. En nuestra anterior visita visitamos el sector de Pampa Linda y subimos al refugio Otto Meiling.
Esta vez decidimos hacer parte de la travesía del paso de las nubes y acampar en el refugio de Agostino Rocca.
El día era espléndido y estas son las vistas del Tronador desde Pampa Linda.
El sendero es muy bonito. La primera parte discurre paralelo al río Alerce y es bastante sombreado. Aunque la primera parte es bastante llana, (de hecho durante los 9 primeros kilómetros apenas se ascienden 100 metros) los últimos kilómetros se hacen bastante duros teniendo en cuenta que cargamos con todo el material necesario para acampar, incluida la comida y que en los últimos 3 kilómetros ascendemos unos 500 metros!!
Es difícil describir las vistas que tenemos desde la terraza del refugio!!!
Por un lado se ve el valle del río Frías, con el lago al fondo.
Por otro lado el Tronador en su vertiente al lado argentino con glaciares e innumerables cascadas.
Después de la subida nos hartamos a fotografiar en todas direcciones.
Ahí podéis ver nuestra"carpa", que es como aquí llaman a la tienda de campaña, en un pequeño promontorio con vistas al valle por el que habíamos ascendido. Al fondo, como a unos 12 kilómetros está Pampa Linda.
Disfrutamos de una noche espectacular, con temperaturas muy agradables teniendo en cuenta que el refugio está a unos 1500 metros de altitud.
No recordamos haber visto un cielo tan estrellado y la Vía Láctea tan claramente!!
Al fondo está el Tronador.
Desde aquí mandamos un saludo a este grupo de argentinas que conocimos en el refugio. Con ellas, y con Jose, que fue quien tomó la foto, compartimos, además de conversación, unas tortillas paraguayas riquísimas que hizo Cristina para desayunar.
La vuelta resultó obviamente más agradable y el menor peso a nuestras espaldas hizo que disfrutamos más del camino.
Hay tantas rutas posibles desde Bariloche que nos costó decidirnos, pero finalmente optamos por una ruta circular desde Villa Catedral. El sendero se llama refugio Frey por el filo y viendo las fotos es fácil entender por qué.
Aunque se puede hacer todo caminando harían falta dos días. Nosotros optamos por pagar el caro billete y subir en los remontes para poder hacer el recorrido en un solo día.
Desde el lugar donde te deja el telesilla hay una corta ascensión y gran parte del recorrido se hace por la crestería.
Aunque el terreno no implica dificultad técnica, el avance es lento. En ocasiones, no es apto para gente con problemas de vértigo porque el paso es muy expuesto y hay que avanzar con mucho cuidado.
Otras veces, como en la foto, hay que ir tras otros excursionistas por un sendero muy estrecho, lo que implica un avance lento.
Las vistas de los valles circundantes hacen que no nos importe avanzar despacio.
Tenemos tiempo para tomar fotos y para charlar con otros excursionistas que encontramos por el camino.
Tras un collado descubrimos, de repente, la laguna Schmoll. El paisaje circundante nos deja realmente sorprendidos.
Nostros continuamos descendiendo rumbo al refugio Frey, pero antes debemos llegar a la laguna Tonchek, que asoma al fondo de la siguiente foto.
El paisaje es espectacular y enseguida llegamos al refugio. De ahí, queda unas tres horas de descenso bajo un sol de justicia que se nos hacen duras.
Después de una ducha solo queda disfrutar de Bariloche: el atardecer en el lago, sus cervezas deliciosas, los helados de la heladería Rapa Nui y por supuesto ... el tango.
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