Ocho años más tarde estamos de nuevo en Santiago de Chile. Nos encontramos una ciudad alegre y con un sol radiante, llena de gente y actividad.
En ocasiones anteriores nos alojamos en el barrio Brasil, pero en esta ocasión lo hicimos en el Chili Pepper hostel situado en el barrio Italia, muy cerca del metro. En cuanto nos instalamos, nos dirigimos a la zona centro a pasear por la plaza de Armas y sus calles peatonales.
Plaza de Armas
La catedral en la plaza de Armas
Esta es una casa del barrio de Bellavista, zona muy popular entre los jóvenes, especialmente la calle Pío Nono, que al atardecer todos sus bares y terrazas se llenan de jóvenes con ganas de "carretear" (como aquí se le dice a ir de juerga).
Un lugar que todavía no conocíamos es el cerro de San Cristóbal. En realidad se trata de un parque al que se accede en un viejo funicular actualmente en reparación ubicado al final de la calle Pío Nono, o en un teleférico que hay al final de la calle Pedro de Valdivia. Nostros lo hicimos en funicular aunque descendimos caminando por el sendero Zorro Vidal.
En lo alto hay una iglesia al aire libre con una imagen blanca de una virgen que se divisa desde gran parte de la ciudad.
Nos resultó sorprendente encontrarnos con una plaza llamada la plaza vasca, y aún más descubrir que allí hay un retoño del árbol de Gernika!!!
Esta es la imagen de la virgen.
Lo mejor del lugar sin lugar a dudas las vistas de la gigantesca ciudad de Santiago.
El mercado central es otro de los lugares de visita obligada. Allí además de los puestos de alimentación, hay muchos restaurantes de precio un tanto elevado y dónde ofrecen a los turistas angulas y centollos enormes a precios bastante por encima de su precio de mercado.
Dos últimas recomendaciones para los visitantes a Santiago. La Chascona (la casa de Neruda) y el museo de la memoria y los derechos humanos. Este último es muy interesante y además gratis.
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