Después de unos cuantos meses de paseos "nacionales" llegó el momento de cruzar una vez más el charco. Esta vez nuestro destino era Ecuador. Mucha gente se sorprende de que vayamos a este país, posiblemente porque no es uno de los destinos turísticos fuertes desde España, pero lo que está claro es que este país de naturaleza muy diversa tiene muchos encantos.
Tras hacer una visita a Jorge y Andreia en Madrid, el día 27 de marzo, tras rozar el overbooking, salimos rumbo a Quito. El aeropuerto Mariscal Sucre se encuentra practicamente dentro de la ciudad, así que en cuanto salimos cogimos un alimentador en la acera de enfrente (nosotros lo llamaríamos una lanzadera) que a su vez nos conectó con un trolebus que por la cantidad de 0,25 dólares nos dejó practicamente al lado del hotel donde pensábamos alojarnos.
Siguiendo los consejos de un blogero nos alojamos en la zona del Parque de la Alameda en el Margarita Inn, un lugar muy recomendable, a buen precio y sobre todo, muy seguro. Lo mejor es que se encuentra a cinco minutos andando del casco antiguo de la ciudad.
Siguiendo los consejos de un blogero nos alojamos en la zona del Parque de la Alameda en el Margarita Inn, un lugar muy recomendable, a buen precio y sobre todo, muy seguro. Lo mejor es que se encuentra a cinco minutos andando del casco antiguo de la ciudad.
Pensamos que sería buena idea pasar un día tranquilo en Quito acostumbrándonos a los más de 2800 metros de altitud y decidimos ir a visitar La Mitad del Mundo.
Aquí nos teneis sobre la línea del Ecuador. Latitud 0º 0' 0''. Allí visitamos el museo Intiñam, no sabemos si muy científico, pero sí resultó muy curioso. Además de contarnos cosas sobre algunas de las tribus pobladoras de Ecuador, nos hicieron algunos "experimentos" cuando menos, curiosos: algunos relacionados con la fuerza de Coriolis explicando porque al desaguar un lavabo lo hace formando un remolino en diferente dirección según se esté en el hemisferio norte o sur, otro consistió en poner un huevo "de pie" apoyado sobre la cabeza de un clavo, o algun otro referido a la fuerza. Lo que está claro es que nunca habíamos cambiado tantas veces de hemisferio como aquella mañana.
El tiempo era espléndido y aprovechamos para subir hasta el Mirador de Ventanillas desde donde se ve el crater extinto del volcán Pululahua.
La vista de los campos cultivados en el fondo del crater es magnífica.
y de un rincón de la Plaza del Teatro de Quito.
Visitamos la iglesia de la Compañía de Jesús en Quito, una de las obras más significativas del barroco en Sudamérica. Si la fachada no llama especialmente la atención, el interior es un barroco espectacular.
Era domingo de Ramos, y encontramos la Plaza de San Francisco animadísima con un continuo ir y venir de fieles para bendecir sus ramos. También vimos esta pequeña procesión con un paso cuando abandonaban la iglesia.
Las cúpulas que se ven al fondo corresponden a la Iglesia de la Compañía.
Aquí veis como estaba iluminada la Iglesia de San Francisco. Esa noche había un concierto polifónico de las campanas de la ciudad. Hay que decir que resultó un poco decepcionante, y cada vez que comentamos el concierto viene a mi cabeza la imagen de una niña que no paraba de taparse los oidos con ambas manos!!
Por último, esta es la Basílica del Voto Nacional. Al estar en lo alto de una colina se puede ver desde muchos puntos de la ciudad.
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