Esta salida con el club de Atxazpe comenzó al borde de una carretera, que fue precisamente donde nos dejó el autobús a eso de las diez de la mañana de un domingo de septiembre, que prometía un tiempo espléndido. Aunque en principio estaba previsto hacer otra ruta, tuvimos que conformarnos con hacer un recorrido circular que cresteaba por las "Peñas de Aya", para regresar rodeando el macizo por una zona de bosque.
Sorprendentemente nos juntamos más gente de la prevista, alrededor de unas 30 personas, lo que siempre es agradable. Desde el primer momento se hablaba de una ascensión "aerea", de que había alguna trepada, y algunos, entre los que me incluyo, no sabíamos muy bien, qué es lo que íbamos a encontrar.
En estas fotos se pueden ver los primeros momentos de la ascensión. Fue al llegar a la zona que se ve en la segunda foto cuando empezaron a surgir las dudas sobre qué camino seguir para llegar a la cima del Errolbide, la que sería nuestra primera cumbre del día.
Enseguida llegamos al famoso paso de la anilla. La verdad es que resultó relativamente sencillo a pesar de lo que pueda parecer en las fotos.
Eso sí, turno riguroso, nada de prisas y algún que otro empujón en salva sea la parte para seguir pared arriba.
Aunque esto no es ciclismo, la expresión de "serpiente multicolor" creo que en este caso resulta muy apropiada.
Eso si, todos los esfuerzos se veían recompensados al llegar a cada cima con unas vistas espléndidas, y un hamaiketako para reponer fuerzas. Y la foto de rigor, claro!!
Tras el ascenso viene uno de los mejores momentos de salir al monte que es, por supuesto, la hora del bocata! Nunca suela faltar la botella de vino tinto que va de mano en mano, y en este caso hubo hasta tarta de cumpleaños.
Después del descanso empezamos el regreso hasta a Aritxulegui, donde nos esperaba el autobus. El camino discurría por un bosque en el que los más afortunados encontraron unos boletus con una pinta estupenda.
La primera parte era un descenso bastante cómodo pero cuando ya empezabamos a tener ganas de llegar al final tuvimos que subir unas buenas rampas que nos hicieron sudar de lo lindo.
Como llegábamos con una hora de adelanto, tuvimos tiempo para pasarnos por el refugio a tomarnos una cerveza bien fresca!!
En definita, un día estupendo, de esos que hacen afición.