domingo, 1 de abril de 2018

POR FIN EN CHINA!!

Después de tantos años barajando la posibilidad de viajar a China y descartar la idea por un motivo u otro, por fin estamos aquí.

Si las primeras impresiones sirven de algo, las nuestras fueron inmejorables. La llegada al aeropuerto internacional de Beijing (totalmente remodelado y renovado para los juegos olímpicos) nos sorprendió, como también lo hizo el transporte lanzadera en tren rápido que utilizamos para conectar con el metro y por un precio baratísimo.

Otra de las cosas que tambien nos sorprendió cuando llegamos a Pekín es el poco ruido que hay en la ciudad. Por un lado, no hay tanto tráfico como en nuestras ciudades y el que hay, es muy silencioso. De hecho, todas las motos que circulan, al menos por el centro, son eléctricas. 

El primer problema al que nos enfrentamos es el idioma y lo experimentamos nada más llegar al alojamiento. Tuvimos un problema con nuestra reserva y te das cuenta de que hasta que alguien no te “adopta”, es decir, no se acerca con la intención de traducirte al inglés, te sientes totalmente desamparado. Con el tiempo, vas desarrollando distintas estrategias para sobrevivir, pero la mayoría de las situaciones delicadas las hemos solucionado gracias a la buena voluntad de la gente que ha hecho todo lo posible por ayudarnos, y también gracias a la ayuda de los teléfonos móviles y sus traductores.

Otra de las cosas que nos llamó la atención es el turismo nacional chino masivo que se mueve, al menos por casi todos los lugares que nosotros hemos visitado. Por supuesto que uno ya sabe que hay muchos chinos, pero la verdad es que no esperábamos encontrar tantos turistas chinos en nuestro camino y quizá por eso, nuestra visita a la Ciudad Prohibida fue una prueba de fuego. Allí encontramos miles de turistas que realizaban la visita siguiendo la bandera de su guía. Además, la mayoría de los grupos llevaban algún tipo de distintivo, como por ejemplo una visera del mismo color. Había viseras de muchos colores!!! Por si eso fuera poco, los integrantes de los diferentes grupos hacían (logicamente) todo lo posible por no perder de vista a su grupo y para ello se empleaban a fondo empujando a quien se pusiera en su camino!! Toda una experiencia en nuestro primer día en Pekín.




Dedicamos buena parte del día a deambular por la ciudad prohibida y hay que decir que lo disfrutamos de lo lindo, a pesar de la multitud. Sin ninguna duda, una visita imprescindible.


Otro imperdible es la visita a la muralla. Aunque hay diferentes lugares con acceso a la muralla, nosotros optamos por Badalin, seguramente el punto de acceso mas visitado. Se encuentra como a una hora en autobus y pagamos el módico precio 1 euro. De nuevo viajamos rodeados de turistas chinos y en ocasiones era casi imposible sacarnos una foto donde se nos distinguiera entre tanta gente. 

Así y todo hicimos un recorrido por la muralla de unos seis kilómetros y para ser fieles a la verdad, también disfrutamos de momentos de tranquilidad. 




El Templo del Cielo se encuentra cerca del centro de la ciudad y dedicamos toda una mañana a explorarlo. Sin duda, lo mas espectacular es el gran edificio circular con tejado azul que domina el recinto. Todo ello rodeado de diversos pabellones y edificios situados entre bellos jardines. Si dejamos de lado lo puramente monumental, lo que nos llamó la atención es la cantidad de personas de edad que estaban allí haciendo ejercicio físico. Algunos tan solo ejercitaban los músculos en esas máquinas a las que estamos acostumbrados a ver en los parques de nuestras ciudades, otros hacían tai-chi, otros bailaban y algunos eran casi acróbatas.

Al Palacio de verano dedicamos practicamente un día entero. Diversos edificios, jardines, pagodas, templos en activo y como no!! rodeados de grupos de turistas!!





 Además de estas grandes atracciones, pudimos disfrutar de mercados callejeros donde se vende todo tipo de comida o recuerdos varios y el Parque Olímpico entre otros lugares de interés.


Aunque solo empleamos cinco días a explorar la ciudad, bien podríamos habernos quedado un par de días más para conocer otras zonas de Beijing pero teníamos ganas de empezar a recorrer este gran país, así que nos pusimos en marcha rumbo al norte, a una ciudad llamada Chengdé.

sábado, 24 de marzo de 2018

SANTIAGO Y ALREDEDORES

La verdad es que no recuerdo muy bien cuantas veces hemos estado en Santiago pero casi todas han sido visitas muy breves y de paso a algun lugar. Esta vez, sin embargo, dedicamos seis días enteros a explorar la ciudad sin prisas y a revisitar algunos de los sitios que nos gustan. 
Un lugar que nos sorprendió muy gratamente fue el centro cultural Gabriela Mistral. Pasamos por allí un par de tardes y realmente es un centro cultural lleno de vida. En ela foto de abajo, este grupo de gente reunida tenía unas conversaciones muy sesudas sobre algo que no llegamos a entender muy bien. 
  
 Además de la muestra de algunos grafitis que ponemos a continuación nos encontramos con diversos grupos de gente que se reunía para bailar.
  
Descubrimos este grupo de gente que se reunía los lunes a las 7:30 para bailar tango pero también pudimos ver distintos grupos de gente muy joven que se reunía allí para hacer coreografías de distintos tipos de baile. No nos atrevemos a poner nombre a esos bailes porque no acertaríamos. En definitiva, verdadera actividad organizada popular. Bravo!!
Lastarria es uno de los barrios de moda en Santiago. Restaurantes finos y caros, bares, tiendas de moda estilosas y de precio.

Esta vez nos alojamos en un apartamento en el centro de Santiago al lado de La Moneda. Es recomendable pasarse por el centro cultural de La Moneda que se encuentra bajo los jardines que están debajo del Palacio de la Moneda. Además de ciclos de cine interesante, tiene exposiciones diferentes. Nosotros aprovechamos para ver una de arte romano con visita guiada y, además gratis.  
  
 Esta vez tuvimos tiempo para patearnos la ciudad y encontramos rincones tan curiosos como este.
 El Cerro de Santa Lucía está junto a Lastarria y ofrece buenas vistas de la ciudad.
 
Merecen una visita los mercados de abastos de la ciudad. En todas las guías aparece el Mercado Central pero tan solo se trata de un antiguo mercado lleno de restaurantes que pertencen en su mayoría a la misma persona. En fin, restaurantes para turistas a precios caros. Si de verdad se quiere tomar el pulso de la ciudad hay que ir a los verdaderos mercados: al mercado de abastos de Tirso de Molina, la Vega Central y la Vega Baja.
  



Otra visita obligada es el Museo de Arte Precolombino.
Como no podía ser de otra manera, volvimos a Valparaíso, y va la tercera!!Llegamos por la mañana con bastante frío pero para el mediodía salió el sol. Como nos dijo un señor con el que hablamos el tiempo habitual de Valparaiso en febrero son "mañanas de invierno y tardes de verano". Paseamos, paseamos y paseamos.



Si algo caracteriza a Valparaiso son sus numerosos ascensores, aunque para ser exactos, no se trata de ascensores, sino de funiculares. A lo largo de los años los han ido renovando y es de agradecer, porque algunos tienen un aspecto bastante inseguro. Es una experiencia que no hay que perderse y facilitan mucho la movilidad en la ciudad porque las cuestas y los desniveles son impresionantes. 
 
 Cerro Alegre y Cerro Concepción son barrios muy animados y con mucho movimiento de turistas. Tienen bonitos miradores, museos y todo lo que nos gusta a los turistas.

 Cualquier cerro ofrece unas vistas al resto de la ciudad dignas de admirar y la mejor manera de llegar alli si no se quieren subir tramos de escaleras interminables es tomar un ascensor.


Los grafitis han pasado a ser una característica distintiva de la ciudad, y tanto es así, que ha surgido una polémica en el consistorio sobre si verdaderamente es una buena manera de promocionar la ciudad escondiendo parte de algunos edificios más que notables. En cualquier caso aquí os dejamos una muestra de algunos grafitis. 
 

 
     
Aunque la parte más bonita de la ciudad se encuentra en los cerros, también paseamos por la zona baja y el puerto. Por allí pasan los trolebuses que recordamos de nuestra infancia. 

Desde Valaraiso fuimos a Viña del Mar en metro y alli vimos una ciudad llena de veraneantes tomando el sol.
Como no solo de turismo y sol vive el hombre también nos hemos dado algún que otro homenaje!!
Por último, y como nota curioso unas fotos de un rodeo que nos encontamos en San José de Maipo.
 
Así acabamos nuestro periplo por Patagonia. Ahora a preparar nuestra próxima aventura.